sábado, 18 de mayo de 2013

KRILL en THE ROXY - 16.05.13

El jueves pasado en The Roxy (Niceto Vega 5542, Palermo), Krill dio un show en tempranas horas de la noche mientras siguen presentando su disco “Final del Juego”.

Pero no iba a ser  un show más. Unos días antes se anunciaba en las redes sociales que este sería el último recital de Román Taccone (batería) como miembro de la banda. Y esto, claramente, le dio un sentido profundamente emotivo a la noche.

Pasadas las 21 hs, The Roxy recibe a La Martingala para dar inicio a esta noche de rock. Aproximadamente 40 min. dura el show de esta banda que ofreció un set potente, prolijo en la interpretación de sus temas, y que contó con la participación especial de un invitado de lujo: el Sr. Catriel Ciavarella se hace presente en el escenario ubicándose en la batería para acompañar a La Martingala en una de sus canciones. Después de este primer bloque, llega el plato fuerte.

La pantalla detrás del escenario proyecta un fragmento de la película “2001 - Odisea del Espacio” mientras los integrantes de Krill se alistan para tomar por asalto el escenario. Y no hay duda de que lo hacen!
Sobre el final del video que da apertura a este set, arrancan con "Esqueletos y Fantasmas" (canción que da inicio al disco y del cual se puede ver un videoclip animado en el canal de YouTube).

Sigue "Cuentos Rápidos", acompañado también por proyecciones en la pantalla (detalle característico de los shows de Krill que se puede disfrutar a lo largo de todo el bloque). En tercer lugar de la lista suena "Andar a pie", canción que también es el tercer track del disco (¿coincidencia?). El show continúa con "Hablas de mí". “Él es el que no llega a  tiempo. Él es el que no tiene tiempo. Hablas de mí, yo hablo de vos. Vamos extinguiendo el dolor...” dice la canción mientras Damián (Voz) deleita con una alta calidad en la vocalización. Para el siguiente tema sube un invitado al escenario: Nicolás Burgos (que también colaboro en la grabación de este tema para el disco) se suma  a la banda para tocar el violín en "Épico". Seguido a esto llega  el primer tema de la noche registrado en el EP anterior al disco que se está presentando. "Odisea" llega con un ritmo de batería al palo, un bajo (a cargo de Sebastián Villegas) que deja a más de uno impresionado y la letra que siempre queda rebotando dentro de la cabeza, como buscando hacernos caer en la cuenta de ciertas cosas (“¿A dónde fueron tus pies?  ¿A dónde están los que nunca volvieron? Y voy desapareciendo en el dolor de una noche que no amanece...”).  

Una característica destacable de las presentaciones de Krill es el delicado balanceo entre piezas del más potente rock, con  fuerte presencia del bajo y la batería, y las melodías lentas más emotivas. Esto se evidencia, por ejemplo, cuando después de un tema como "Odisea" suena una canción como "Mundo Ausente".  Este contrapunto entre EP y Disco es lo que le da palpables matices profesionales a cada presentación. Otro detalle que colabora a la armonía y a la creación de un clima particular es la puesta en escena. Sobre el escenario escasean los objetos vistosos o sugerentes, más allá de los carteles a cada lado de la pantalla (centrada detrás de la batería) con la imagen de la tapa de “Final del Juego”. Tampoco los músicos se suben al tren de vestir ropas llamativas a la hora de dar un show, lo único que resalta en la noche es la remera del baterista que tiene una leyenda a modo de despedida por tratarse de su último show como integrante de la banda (“KRILL gracias por la música” es lo que se puede leer en la camiseta de Román).
Llegando ya casi al final, suena "Luces" (también del último disco) para luego bajar completamente las revoluciones con "Vals", mientras la pantalla proyecta el clip de una pareja de época bailando, quizá de modo cómico y excéntrico. Más allá de ser una de las piezas favoritas de quién teclea, creo conveniente dar una especial recomendación sobre este tema. 
Últimos dos de la noche, claramente la banda no se puede despedir tan abajo. Es por eso que suena "Despertar y no despertar", para traer nuestras mentes de regreso a sus respectivos cuerpos, luego del viaje en trance al que habían incurrido con la canción anterior. El cierre es con un cover, "Personal Jesus" de Depeche Mode. El público en casi su totalidad corea y aplaude al ritmo de este clásico entre los clásicos.

El show termina y se respira la melancolía en el aire. La emoción generada por el recital se mezcla con la
tristeza de saber que es la última vez que veremos a Román en ese, SU lugar, en el banquito detrás de los tambores. Los músicos se abrazan, se dedican algunas palabras de cariño y agradecimiento, y abandonan el escenario para seguir despidiendo a su compañero de banda en la intimidad del camarín.

Fotos de NDH , Ana Villegas y Sacry PH

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