martes, 4 de diciembre de 2012

BRANCALEONE en Santana Bar - 30.11.12



Según la afamada profecía maya, el 21 de diciembre de este año se va todo al tacho. Esto indica que ya estaríamos transitando por el último mes de la historia. Y hay una sola manera de arrancar el último mes: ¡con fiesta de rock! Y si decimos fiesta de rock, es porque estamos hablando de Brancaleone. Pasada la medianoche del viernes 30.11, esta banda que sabe hacer de nuestras noches una pachanga imparable se subió una vez más al escenario de Santana Bar (Pte. Perón 414, ex Gaona) en Ramos Mejía, para ser parte del “Dani Fest” (del que también participaron Sátiro, Inlakech Hala Ken y Se armó!).

El show arranca completamente al palo, con “Maiailand”, haciendo que la gente enloquezca desde el sonido del primer acorde. Sigue con “Hablan las balas”, manteniendo el ritmo agitadísimo del público y ya todo perfilaba para descontrol. En tercer lugar, llega un clásico a prueba de todo olvido: “Pobre Patricio”. Problemas de sonido por acá, indicaciones a los controles por allá, una situación poco común que se verá solucionada recién hacia el cuarto tema de la lista que es “Chacarera de Peluca”, y con el que un Santana Bar repleto corea “tengo el paso que me delata cuando vengo y cuando voy, tengo el fuego que todo lo mata, tengo todo lo que sos...”.  La banda sorprende con la siguiente canción, “Ascensores” es un tema amado por su gente, pero Brancaleone no suele incluirlo en las listas.  La noche sigue con “Viejo de Mierda” (particularmente, uno de mis favoritos), y a continuación llega un tema para bajar… “Al trotecito” es el elegido para hacer descender un poco la euforia.  Pegadito llega “Mayo 12”, una declaración de principios cantada. Llegando al final, suena “Otra pobre sirena de laguna” seguido de “Carnavalito del Pozo”.  Empiezan las despedidas, y se respira el final. Con “Vaquerito y los Mau Mau” y “Milonga”, la banda se despide hasta la próxima. Pero la gente quiere más, siempre quiere más, y se lo hace saber a los gritos a los músicos. Y los músicos, complacen a su gente. Asi que vuelven a ubicar los instrumentos que ya habían sido bajados del escenario y nos regalan un clásico de clásicos. “Balada para un loco” es la canción elegida para despedirnos a todos con una sonrisa de oreja a oreja.

Final a pura fiesta para la primera noche de diciembre del que puede ser el último año que nuestra sociedad vea la luz del sol. Lamentablemente, desde este humilde lugar hay que hacer un comentario bastante desagradable. No es de mi agrado (nunca lo fue, ni lo será) el “mandar al frente” a nadie. Cada cuál hace lo que cree mejor, y no seré yo quien dictaminé qué esta bien y qué esta mal. Pero cuando el que esquiva las reglas es un trabajador, un encargado de organizar y controlar que la noche se desarrolle en orden, hay que decirlo. Hubo quien en la puerta de Santana Bar, se hizo unos pesitos por izquierda cobrando la entrada a un precio mayor al correspondiente. Sería bueno que las bandas, cuando acuerdan tocar en determinados lugares, pongan a alguna persona de su equipo de trabajo para controlar que los fans no tengan que pagar de más por la ambición de algunos otros. 

Foto de Brancaleone page.

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